Extraordinaria y la revolución del talento femenino: la misión de Gemma Fillol

El informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) revela que, actualmente, en España hay 8 mujeres que inician negocios por cada 10 hombres, una cifra que supera la media de Europa, donde solo se cuentan 6 mujeres por cada 10 hombres. Emprender no es fácil, y aún lo es menos si se hace en solitario y se es mujer. De ahí la importancia de iniciativas como Extraordinaria, creada para dar apoyo, asesoría, información y formación a mujeres que emprenden o quieren emprender, a través de charlas, ponencias y cuatro eventos anuales.

Abandonar el “individualismo” para empezar a crecer, como mujer y como empresaria, y beneficiar así al conjunto de la sociedad: esta es la filosofía de vida de Gemma Fillol, fundadora de la comunidad online de mujeres emprendedoras Extraordinaria, profesional con más de una década de experiencia en comunicación estratégica y experta en lo que ella llama “marketing emocional”.

Sea o no la receta del éxito en el emprendimiento, lo que sí deja claro la experiencia de Extraordinaria es que la nueva manera de emprender en femenino es en comunidad. Y si te estás preguntando si la forma de emprender es diferente por el hecho de ser mujer, la respuesta de Extraordinaria es sí. Entrevista con Gemma Fillol.

¿Que es para ti emprender?

Emprender es una actitud. Son las ganas de ir encendida por la vida. No tiene que ver con la personalidad ni con la aptitud, sino con el talante. Todas y todos somos capaces de emprender, sin embargo, vivimos en un país en el que la cultura del emprendimiento empieza ahora apenas a despertar… y es importante que no se nos apague.

Este es un momento de elevación de consciencia colectiva. Ya no vemos el trabajo como algo ajeno a nuestra vida, sino como una prolongación de nuestro talento que acaba impactando sobre nuestro modo de vida, bienestar y, por supuesto, reconocimiento personal con el fin de alcanzar la plenitud como personas.

“Todas y todos somos capaces de emprender, pero vivimos en un país en el que la cultura del emprendimiento empieza ahora apenas a despertar”.

¿Y de ahí surgió la idea de Extraordinaria?

La idea de Extraordinaria nació hace seis años con un grupo de mujeres a las que conocí organizando un encuentro improvisado para intercambiar conocimientos. Como queríamos aprender cosas y compartir, empecé invitando a gente de sectores interesantes para nosotras. Y ahí se me ocurrió abrir el círculo. El primer año se apuntaron 35 personas a las que no conocía de nada. Como yo provengo del marketing emocional, que trata de adoptar estrategias comunicativas para cautivar, inspirar e impactar, quería (y quiero) crear experiencias formativas que transformen a quienes participen.

¿Por qué pensaste que una comunidad como esta podía ayudar a las mujeres emprendedoras?

Cuando creé Extraordinaria, la gente lo vio como algo innovador, pero el reunirse y compartir unas con otras es una cosa habitual en círculos de mujeres, algo muy antiguo que nunca ha dejado de suceder a lo largo de la historia. Las mujeres siempre se han pasado información de unas a otras. Hay un libro que fue una gran inspiración para mí, El millonésimo círculo, de Jean Shinoda Bolen, basado en la idea de la horizontalidad del círculo. En mi caso, lo que me interesaba impulsar era un emprendimiento orgánico, desde el consenso y desde el debate, donde todas son alumnas y todas son maestras.

¿Por qué es tan importante para ti la idea de emprender en comunidad?

Siento que estamos en un nuevo paradigma a nivel de liderazgo en el que el grupo lo es todo, porque sostiene y da nuevas perspectivas. Se trata de un nuevo liderazgo femenino transversal, planteado con empatía y generosidad, que hoy tiene sentido porque vivimos en un mundo cambiante con realidades muy heterogéneas. La idea es aprender acompañada, en horizontal, porque es la era de la cooperación y de la colaboración, lo que yo denomino la “era del co-”.

Desde tu experiencia, ¿a qué dudas se enfrentan las mujeres emprendedoras?

Cuál es el momento adecuado para lanzarse a emprender un proyecto suele ser la más habitual, porque para emprender hay que tomar riesgos considerables de muchos tipos. También suelen preguntar cuándo es el momento de abandonar una cosa y ponerse de lleno en otra, es decir, en qué momento deben dejar el trabajo habitual, que combinan con el paralelo, para hacer lo que les gusta. Para ello, tener una hoja de ruta es fundamental.

“Para emprender hay que tomar riesgos considerables de muchos tipos (…). Tener una hoja de ruta es fundamental”.

Lo cierto es que todas estas dudas, todas, tienen la misma respuesta: no hay un momento adecuado. Emprender es algo muy personal y hay que conocerse a una misma para saber la tolerancia que una tiene ante el riesgo y la capacidad de liderazgo. Por ejemplo, hay mucho humo en torno a los negocios digitales y siempre se nos ha contado que entrará dinero de forma pasiva de manera sencilla y rápida. No es verdad. Hay muchos fracasos y mucho trabajo detrás de cada negocio de éxito. Se trata de hacer, hacer y hacer. Mi consejo es estar abierta al conocimiento, ser una esponja, nunca dejar de cuestionarse y tener curiosidad. Esa es la clave del éxito de un proyecto propio, que repercutirá de manera positiva en tu vida personal.

¿Y cuáles son sus principales desafíos?

El principal, aunque suene extraño o sorprendente, es la falta de confianza. Durante El Observatorio (una encuesta anónima realizada a las mujeres de su comunidad, ndlr), vimos que el miedo a fallarse a una misma y al entorno aparecía como el principal desafío. El segundo es la conciliación: cómo coordinar lo profesional y lo personal en una vida cada vez más poliédrica y compleja. Y por último, la maternidad. En Extraordinaria entendemos la necesidad de emprender porque creemos en la revolución del talento, no para poder tener más flexibilidad. Es por eso que, aunque hay muchas emprendedoras que también son madres en nuestra comunidad, son emprendedoras desde su talento, si bien es cierto que muchas apuntan a la maternidad como un punto de inflexión en sus carreras.

¿Qué significa, entonces, que el 40% de las encuestadas afirmen que han puesto en marcha su propio proyecto para conciliar?

Es una pena que caigamos en la trampa del emprendimiento como una estrategia que ayuda a conciliar. Es cierto que tenemos jornadas más flexibles, si decidimos trabajar a nuestra manera, pero muchas veces estas jornadas se convierten en trabajar por las noches o los fines de semana. Ahí cada una decide, pero vender el emprendimiento como libertad y flexibilidad es únicamente explicar la “cara sexi” de una decisión mucho más compleja.

Y a parte de la conciliación, ¿cuál fue el dato que más te llamó la atención?

Me llama mucho la atención que entre las mayores preocupaciones de las emprendedoras estén las inseguridades (el 27%) y la falta de estrategia en el negocio. ¡Tenemos que sentirnos merecedoras!

¿Crees que se está consolidando el liderazgo femenino?

Emprender no es una cuestión de género, pero todavía en el siglo XXI la paridad y la igualdad siguen siendo tema de conversación y la mujer aún tiene el rol de cuidadora. La igualdad, se puede decir, aún es una utopía. Por eso el 30% de las participantes de la encuesta de El Observatorio en 2018 cree que hay machismo sistémico y que la mujer lo tiene más difícil a la hora de emprender. La concienciación es lenta; se avanza, pero se avanza despacio. Lo positivo es que ya nos hemos dado cuenta de que el liderazgo femenino es fundamental para toda la sociedad, ¡y no solo para ellas!

Fotos de WTTJ

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