Desde que empezó la crisis no doy abasto, ¿cómo gestionarlo?
11 may 2020
6 min
Periodista Freelance
El impacto del coronavirus en la economía es innegable. Mientras que muchos negocios se han visto obligados a echar el cierre por las medidas de bloqueo, otros han reducido su actividad empresarial, lo que ha derivado en un aluvión de empleados afectados por Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Muchos de los profesionales que siguen en su puesto están experimentando un aumento considerable de trabajo en su día a día, ya sea a causa de las reducciones de plantilla o por su deseo de aumentar la productividad por el miedo a que les lleva a potenciar su productividad con el objetivo de mantenerse a flote ante un futuro económico incierto. Sin embargo, el exceso de trabajo tiene un precio, tanto en nuestra salud como en nuestro rendimiento. Te contamos cómo gestionar adecuadamente esta avalancha de tareas, además de cómo y cuándo tienes derecho a una compensación si estás viéndote obligado a realizar horas extraordinarias.
Por qué está aumentando tu carga de trabajo
Aumento de la demanda
La excepcionalidad de la situación ha llevado a que ciertos sectores estén experimentando un boom en su actividad económica. Es el caso, por ejemplo, de los supermercados, que han tenido que reforzar sus plantillas ante una demanda creciente,que se produjo sobre todo en la fase inicial del estado de alarma. El comercio online y en general los puestos relacionados con la logística y la distribución también se están viendo sobrepasados estos días a consecuencia del crecimiento que está protagonizando la compra por internet desde que se decretó el confinamiento.
Aumento de la producción
Por otro lado, parece estar dándose una sobrecarga de trabajo como consecuencia del miedo a una crisis económica inminente. Así lo consideran algunos profesionales consultados, provenientes del sector de la comunicación y la creación de contenido cultural, que prefieren mantenerse en el anonimato. Ambos coinciden en que, ante el escenario de una crisis, cualquier nuevo cliente que se pueda adquirir es bienvenido. Es por ello que aceptan el esfuerzo que se les está pidiendo de que el trabajo tenga que estar listo “de un día para otro”, lo que está provocando que cada día trabajen muchas más horas de las marcadas.
De acuerdo a su propia experiencia, y por lo que comentan también con otros compañeros del sector, muchos están asumiendo un mayor volúmen de trabajo con el objetivo de tratar de asegurarse el futuro en su compañía si las cosas se complican.
Reducción de personal
Por último las reducciones de trabajadores como consecuencia de un ERTE están generando a su vez cargas de trabajo mayores de lo habitual en aquellos empleados que no se han visto afectados por la medida.
Es el caso de Isabel (nombre modificado para mantener su anonimato). Su empresa lleva varias semanas en ERTE con una reducción del 75% de la plantilla total, que en su departamento ha afectado al 50% del equipo. “Hemos recogido nuevas tareas que antes no hacíamos porque ahora esa persona ya no está, con lo que nuestra carga de trabajo está aumentando bastante”, asegura.
Como a Isabel, esta situación ha llevado a muchos trabajadores a tener que trabajar más allá de su jornada habitual. “Al final hacemos muchas más horas de las que realmente nos tocan, porque si no las hacemos no llegamos”, revela. “Si antes podía costar cumplir con todo, al tener que asumir ahora el trabajo de los demás es mucho más difícil”, apunta.
Cómo nos afecta el exceso de tareas
Impacto en la salud
Las cargas de trabajo puntuales no son algo nuevo. En mayor o menor medida, todo profesional se ha visto obligado, en alguna ocasión, a trabajar más de lo esperado o salir un poco más tarde, sin que eso repercuta gravemente en su salud. No obstante, enfrentarse de manera continuada a largas jornadas laborales, puede llevar al cuerpo y a la mente al límite: una investigación, publicada en 2014 en la revista científica estadounidense PLOS ONE, concluyó que aquellos trabajadores que tienden a encarar entre 60 y 80 horas de trabajo semanales tienen una mayor probabilidad de desarrollar problemas cognitivos.
Además, una elevada carga laboral puede producir otros efectos adversos sobre la salud como:
- aumento de los niveles de estrés y ansiedad
- problemas lumbares
- problemas cardiovasculares y gástricos
- incluso un aumento del riesgo de padecer diabetes tipo 2
Menor productividad a largo plazo
Asimismo, el exceso de trabajo continuado puede incidir negativamente sobre el rendimiento y la productividad. De hecho, ciertos profesionales pueden sufrir lo conocido como síndrome de desgaste profesional (o de burnout). Recogido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Clasificación Internacional de Enfermedades, el burnout es consecuencia directa del “estrés crónico del trabajo que no ha sido gestionado con éxito”. Aquellos trabajadores que lo sufren experimentan reducción del rendimiento laboral y falta de motivación profesional entre otras consecuencias, como describe el organismo.
¿Cómo evitarlo? Cómo gestionar el aumento de la carga de trabajo
Saber organizar de manera óptima la avalancha de trabajo es esencial para no sentirse abrumado y con ello derivar en situaciones de estrés y ansiedad. Algunas de las claves para llevarlo a cabo:
- Planificar de antemano las jornadas y priorizar adecuadamente. En este sentido, lo más aconsejable es comenzar por las tareas más complejas o urgentes y dejar lo más sencillo para el final. De esta forma a medida que estés más cansado tus obligaciones serán más fáciles de realizar.
- Si bien puede resultar complicado cuando nuestra lista de tareas ha crecido por la reducción de la plantilla o porque el ritmo de trabajo de la empresa ha aumentado, en muchas ocasiones habrá actividades que no necesitemos realizar personalmente. Trata de delegar y apoyarte en tus compañeros a la hora de focalizarte en tus objetivos y alejarte de todo lo que te separe de cumplirlos.
- Rechazar la multitarea cuando las obligaciones sobrepasan, a pesar de que creas que es beneficioso para avanzar en varias cosas a la vez. Atender varios asuntos al mismo tiempo tiende a llevar a la dispersión y en realidad es menos productivo de lo que parece. Por ejemplo, un error que cometemos con frecuencia es dejar algo en lo que estamos trabajando para responder a un correo electrónico, algo que debes evitar para aprovechar al máximo los momentos en que estemos concentrados en una tarea. Lo mejor es reservar un tiempo exclusivo para tareas como responder correos y mensajes.
- Descansar correctamente no solo significa realizar pausas de vez en cuando durante la jornada, sino también implica dormir cada día el tiempo necesario. Ten en cuenta que los problemas de salud y el mal rendimiento van ligados al agotamiento generado por la falta de recuperación. Es decir, es necesario que te tomes tiempos de desconexión total de las imposiciones profesionales para poder después seguir afrontando nuevas jornadas de trabajo.
¿Y si mi empresa no reconoce las horas extra trabajadas?
Tener picos de mayor actividad laboral puede ser algo normal. El problema es cuando esto se convierte en una práctica constante, y el trabajador se ve obligado continuamente a extender su jornada si quiere llegar a todo. “Hemos pasado del obrero de fábrica al obrero cognitivo, donde los límites entre vida privada y laboral se han quedado muy difuminados, como pasa con el teletrabajo”, puntualiza el abogado laboralista Juan Rubiño del despacho Red Jurídica.
Precisamente con el objetivo de luchar contra esta situación se creó el registro de horas, remarca Rubiño, pero hay varios aspectos que pueden suponer un problema: “Hay que fichar pero, cómo se ficha, quién ficha…”. Por otra parte, según denuncia el experto, es frecuente que a los empleados se les prohíba fichar más horas de las que les corresponden, pero puesto que “tienen que sacar su trabajo adelante, acaban trabajando también desde casa”.
Ante tal situación, Rubiño aconseja que lo más conveniente es acudir al convenio colectivo y comprobar lo que se estipula en lo relativo a las horas extraordinarias. “ Las horas extras tienes que realizarlas porque tú quieres”, puntualiza el experto, es decir, son voluntarias, y están limitadas por ley a un máximo de 80 horas extra al año. Si el convenio no ha estipulado nada al respecto, entonces debes saber que nadie puede obligarte a ello.
Un caso muy diferente es el de aquellas personas que se han visto sometidas a mayor volúmen de trabajo a causa de un ERTE que ha reducido la plantilla en activo. “Tal como marca el estatuto de los trabajadores, durante el periodo en el que se hace un ERTE no se pueden realizar horas extras”, destaca Rubiño. Esto tiene que ver con el propio sentido de asumir una expediente de reducción de trabajadores: “Si se hace un ERTE, se ha hecho una reducción de jornada o de plantilla porque no se tiene trabajo que dar, entonces, ¿cómo se va a poder pedir a un trabajador que haga horas extra? subraya el abogado.
Si está sucediendo esto significa que la empresa ha adoptado una medida “desproporcionada” y, bajo este contexto, la propia compañía debería asumir la necesidad de ampliar de nuevo la plantilla, ya que se puede progresivamente ir sacando a gente del ERTE.
Pero en el caso de que la organización no adoptase esta medida y los trabajadores siguiesen estando expuestos a altas cargas de trabajo bajo un ERTE, la recomendación de Rubiño es acudir a Inspección de Trabajo y Seguridad Social para denunciarlo, ya que estos expedientes pueden ser revocados hasta en un plazo de 4 años, según establece la ley.
Para poder dar este paso, lo primero que necesitas es poder probar que estás trabajando más horas de lo estipulado, lo que, tal como indica Rubiño, muchas veces resulta complicado para los empleados. De nuevo, apoyarte en los compañeros que están viviendo la misma situación que tú o acudir a vuestro sindicato puedo seros de gran ayuda. En este sentido no solo se trata de abordar el problema del exceso de trabajo, sino de hacer frente a de una situación ilegal que perjudica a todos.
Foto de WTTJ
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