Irse a trabajar a Kuala Lumpur
18 abr 2019
8 min
BE
¿Tienes ganas de descubrir el sudeste asiático? Pasar de una isla paradisíaca a otra, pasearte entre templos o tomarte una copa en lo alto de un rascacielos… ¡Pues no busques más! Bienvenido a Kuala Lumpur, una ciudad cosmopolita como ninguna otra.
“La multiculturalidad forma parte del paisaje. Está por todas partes: en la gente, los idiomas, la comida y la moda. Comes lo que quieres, bebes lo que quieres y te vistes como quieres. Puedes llevar atuendos tradicionales, ropa funky, pantalones cortos… de todo. ¡Sin prejuicios!”, afirma Mida Zantout, expatriada en Malasia desde hace tres años.
El mercado laboral
Con una tasa de paro del 3,3%, no cabe duda de que Malasia está en plena forma y en pleno crecimiento. El salario medio en Kuala Lumpur, la capital, ronda los 1.600 euros netos al mes y es allí donde se encuentran la mayoría de las oportunidades. Los jóvenes diplomados malasios poseen un salario de entre 600 y 700 euros netos al mes.
Muchas de las grandes empresas españolas tienen presencia en Malasia, como la Agencia Efe, Fagor, Gas Natural Fenosa, Cepsa, Inditex, Hoteles Meliá, Repsol o Pikolin, todas ellas en proceso de contratación, y en el país existen una media de cincuenta VIE (Voluntarios Internacionales en Empresa) activos, según las estadísticas.
Con más de 100.000 expatriados, el mercado laboral malasio es atractivo y acogedor. El inglés es el idioma de uso diario y comunicarse con la gente no supone ninguna dificultad, tanto en el trabajo como fuera.
La comunidad start-up en Malasia está en pleno apogeo. Más allá de Grab, una plataforma de transporte en taxi y VTC y primera empresa “unicornio” malasia (la cual, tras una dura batalla, ha tomado las riendas de la actividad de Uber en el sudeste asiático), basta con ver la multitud de espacios de coworking que florecen en Kuala Lumpur. Algunos de ellos son CommonGround, que ya ha abierto ocho oficinas distribuidas por toda la ciudad, o WeWork, que prepara activamente su entrada entre los numerosos espacios de coworking incluidos en la página web coworker.
También cabe destacar la organización de grandes salones en el ámbito digital en Kuala Lumpur y por toda la región (como Wild Digital y TechinAsia Tour), e incluso la existencia de fondos de inversión orientados a las start-ups que en 2016 ascendían a 1.500 millones de dólares americanos, es decir, el doble que en 2006.
Los sectores que contratan
Dado que la economía malasia experimenta un crecimiento continuado, prácticamente todos los sectores están contratando a empleados. Los principales son:
- Informática y tecnología
- Marketing y ventas
- Finanzas y banca
- Centros de servicios compartidos
- Comercio electrónico
- Cadenas de suministro
La vida en las empresas
Bienvenido al entorno laboral más multicultural que existe, espejo del entorno social, que ya hemos mencionado. Los propios malasios se clasifican a sí mismos en tres grupos principales: malasios “malayos”, malasios “chinos” y malasios “indios”, una clasificación que proviene del hecho de que, a parte de los malayos, llamados Bumiputra (que significa “hijos del suelo”), la población es fruto de una comunidad de inmigrantes de origen mayoritariamente indio y chino, que actualmente llega ya a su tercera generación. Si a esto le añadimos las demás nacionalidades presentes, enseguida obtenemos un crisol de culturas que hace que la vida cotidiana sea muy interesante. “Es muy común que durante una reunión participes en conversaciones donde, sin casi darte cuenta, se mezclan tres o cuatro idiomas en una misma frase”, nos explica Caroline Pierre, quien decidió lanzarse a la aventura malasia hace siete años y sigue viviendo allí.
Aunque la ley menciona la posibilidad de trabajar hasta seis días a la semana, la gran mayoría de las empresas proponen un ritmo “clásico” con jornadas laborales de ocho horas, de lunes a viernes.
Dado que la cultura malasia se toma las cosas con bastante calma, es necesario acostumbrarse a relativizar y apreciar el momento presente y el tiempo libre: Kuala Lumpur tiene un gran número de festividades, ¡casi una veintena de días festivos al año! Los malasios ven la oficina como un lugar de intercambio y su ambiente, aunque productivo, por lo general también es muy acogedor. “Nada parece un problema. Los malasios son verdaderamente sociables: son hospitalarios, pacíficos y amables. En Malasia, la vida es un río largo y tranquilo, donde enfadarse no sirve absolutamente de nada. Nadie te entenderá, y tampoco conseguirás ir más rápido”, explica Mida.
“Es muy común que, durante una reunión, participes en conversaciones donde, sin casi darte cuenta, se mezclan tres o cuatro idiomas en una misma frase” - Caroline Pierre
¿A quién le puede gustar la ciudad?
Kuala Lumpur, así como Malasia y sus habitantes en general, es como un tejido de patchwork cuyos retales lo componen los antiguos barrios un poco “dejados”, pegados a rascacielos ultramodernos, lo cual crea un conjunto muy auténtico, aunque un poco caótico, y también muy verde y aireado.
Es fácil respirar aire puro sin tener que alejarse de las zonas urbanas, gracias a los numerosos parques (incluido el del centro de la ciudad, inspirado en el parque del KLCC al pie de las célebres torres gemelas malasias), o incluso el jardín botánico junto al bird park, un poco más lejos, pero aun así accesible directamente en transporte público o mediante un corto trayecto en Grab. También existen varias rutas de senderismo cercanas a Kuala Lumpur, con bonitos bosques y cascadas. Prueba a pasar la mañana en Bukit Tabur, a 20 minutos del centro de la ciudad y que ofrece, tras dos horas de caminata, una vista fabulosa de Kuala Lumpur por un lado y de la campiña malasia por el otro. También puedes trepar a la cima de los árboles en el FRIM (Instituto de Investigación Forestal de Malasia), a menos de 20 minutos del centro de la ciudad.
Por último, qué sería un artículo sobre Malasia si no mencionáramos las numerosas islas paradisíacas, generalmente de fácil acceso, a una hora de avión o entre cinco y siete horas de autobús, seguidas de varios minutos de speed-boat. Las islas Perhenthian son probablemente las más conocidas, pero no podemos olvidar Redang, Tioman, Langkawi o, para los amantes del buceo, Mabul y Sipadan, que cuentan con algunos de los lugares más hermosos y famosos del mundo para hacer submarinismo. Un dato curioso: Sipadan fue calificado como un lugar atemporal ideal para el submarinismo por nada más y nada menos que ¡Jacques Cousteau!
Kuala Lumpur también es la puerta de entrada perfecta para visitar la magnífica región del sudeste asiático. Como bien resume Lucile Roudenkoff, que vive en Kuala Lumpur desde hace seis meses, “Malasia es el centro del sudeste asiático y Kuala Lumpur es la sede central de AirAsia, la compañía de bajo coste de la región: en dos horas, y por menos de 70€, estás en Bangkok, en los templos de Angkor o en Bali”.
“Malasia es el centro del sudeste asiático y Kuala Lumpur es la sede central de AirAsia, la compañía de bajo coste de la región: en dos horas, y por menos de 70€, estás en Bangkok, en los templos de Angkor o en Bali”. - Lucile Roudenkoff
Los pros
- Una calidad de vida increíble gracias a un clima cálido todo el año con temperaturas entre los 25 y los 35 °C (a veces se echa en falta el aire fresco, pero el aire acondicionado está por todas partes).
- Probablemente la mejor relación calidad-precio en cuanto al alquiler en una capital.
- Una ubicación geográfica que permite viajar sin parar cada fin de semana y descubrir esta magnífica región, o simplemente relajarse en una isla paradisíaca.
- La comida: barata y, sobre todo, extremadamente variada, que permite elegir entre auténtica comida china, india o de otro tipo (incluida la “hogareña”), según tus gustos y necesidades.
- Una buena comunidad de expatriados, donde es fácil conocer a gente agradable. Hay buen ambiente y la mentalidad es solidaria.
- La sensación de seguridad es alta: es muy agradable pasearse por Kuala Lumpur y salir sin tener que preocuparse por lo que podría ocurrir.
Los contras
- Es difícil, sin un esfuerzo consciente, hacerse amigo de los lugareños.
- Las vacaciones pagadas que ofrecen las empresas pueden ser de solamente 12 días, aunque a veces ascienden hasta los 21 días, en función de la antigüedad (y de lo que se consiga negociar).
- El seguro médico de las empresas no siempre cubre todas las necesidades de manera ilimitada, por lo que es necesario informarse sobre los detalles.
El presupuesto
El alquiler
Es fácil encontrar alojamiento en Kuala Lumpur, con un amplísimo rango de precios y en función de tus preferencias de vida: en Bukit Bintang, un barrio animado donde viven la mayoría de los jóvenes expatriados, es fácil encontrar una habitación con baño privado en un espacioso piso compartido por 300 euros al mes, en el centro de la ciudad, en un edificio moderno y totalmente equipado (piscina, gimnasio, etc.). ¡No está nada mal! Por otro lado está Mont Kiara, un barrio algo más familiar cercano a los colegios. Allí los apartamentos suelen están adaptados a las familias, con tres o cuatro habitaciones, y los precios son razonables. Entre ambos encontramos Bangsar, un buen término medio, más residencial que Bukit Bintang, pero aun así animado y muy cercano al hipercentro. El hipercentro es el barrio KLCC (Kuala Lumpur City Center), donde se encuentran los rascacielos y las famosas torres gemelas.
Los pisos pueden alquilarse vacíos o amueblados y por lo general se requieren contratos de un mínimo de 12 meses. Hay que pagar hasta dos meses de depósito, además de tener que pagar el alquiler al principio de cada mes. Las páginas web iproperty y propertyguru son, por lo general, bastante completos y rebosan ofertas de todo tipo, a menudo gestionadas por agentes con quienes es fácil contactar para acordar visitas y que te ayudarán con los aspectos administrativos. El uso de Airbnb también está muy extendido y te permitirá disponer de un alojamiento durante unas semanas mientras te haces una idea.
Transporte
Los dos modos de transporte principales son “Grab”, que no es otra cosa que el Uber local, y el metro, bastante bien conectado y relativamente barato (menos de 50 céntimos de euro el billete). Grab suele costar unos 2 euros por un trayecto de media distancia, por lo que no hace falta decir que tiene mucho éxito.
Obviamente, puedes comprar un coche o una moto allí mismo. La gasolina no es muy cara (menos de 50 céntimos de euro el litro), pero los coches son por lo general un poco más caros, debido a las tasas aplicadas a los vehículos importados.
Tal y como describe Lucile, “en Malasia es importante no estresarse, sobre todo cuando conduces (el tráfico puede ser infernal) y aún más cuando llueve y todo se paraliza. Pero bueno, te acostumbras, ¡y te estresas mucho menos!”.
Salud
En Malasia cuentan con un fantástico sistema de salud. Es importante saber que las coberturas que ofrecen las empresas pueden no ser tan completas como las que existen en otros países. Sin embargo, por un precio razonable es posible sentirse tranquilo en este aspecto. Los hospitales y las consultas médicas generales o especializadas (dentistas, etc.) las llevan médicos competentes, la mayoría de los cuales se han formado en las mejores universidades del Reino Unido, y ofrecen prestaciones dignas de hoteles.
Internet y telefonía móvil
Por 35 euros (150 ringgit) al mes dispondrás de una buenísima conexión a Internet. En cuanto al móvil, no hay de qué preocuparse, ya que puedes usar tus aplicaciones preferidas a partir de 10 euros al mes (45 ringgits).
Moneda
En diciembre de 2018, la conversión del ringgit malasio equivalía a 4,7 ringgits por un euro. Se trata de una moneda relativamente estable.
Información sobre visados
Para trabajar en Malasia necesitarás obtener un visado a través de tu empresa. El proceso puede ser largo, pero muchas empresas disfrutan de un estatus especial, el “MSC”, y pueden ofrecer tantos visados como deseen. El proceso de obtención de un visado es, por tanto, relativamente sencillo y consiste únicamente en proporcionar los documentos necesarios. Toda la información aparece bastante bien explicada en la página web de inmigración dedicado a los expatriados.
En cuanto a las empresas, organizaciones como IOTA o, bajo ciertas condiciones, la MSCCI (Cámara de Comercio e Industria española en Malasia, por sus siglas en inglés) pueden encargarse de los trámites administrativos y “acoger” al empleado, que será posteriormente trasladado a su empresa de acogida.
Tras dos años en el país y bajo ciertas condiciones, como haber pagado impuestos in situ o superar un salario de 15.000 ringgits, es decir, unos 3.100 euros (que corresponden en general a puestos de personal experimentado), es posible solicitar un visado de larga duración, a nombre propio (sin necesidad de estar vinculado a una empresa en particular), y con una duración de cinco años renovables una vez.
En el caso de un cónyuge y/o hijos a tu cargo, una vez seas titular de un visado propio, no tendrás ningún problema a la hora de obtener los visados correspondientes para tus familiares: los dependent passes.
En conclusión, y citando a Caroline, que nos resume sus siete años en Kuala Lumpur: “Evolucionar en una cultura diferente, tan rica y variada como la de Malasia, me ha enseñado mucho. La mentalidad abierta que se necesita para adaptarse a una forma de vida y de trabajo diferentes supone un aprendizaje que no tiene precio, y que me servirá en cualquier parte. Las oportunidades de viajar también han contribuido mucho a mi larga estancia en Malasia: es tan fácil irse de fin de semana a lugares a cada cual más increíble, y descubrir otros países y culturas”. Y concluye: “¿Un punto negativo? La comida de aquí es tan variada y accesible que puede tener un impacto en tu dieta… ¡Por suerte el calor te ayudará a eliminar lo que sea necesario!”.
Traducido por Rocio Perez
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