Mánager: 10 consejos para ganarte la confianza de tu equipo

10 dic 2019

4 min

Mánager: 10 consejos para ganarte la confianza de tu equipo
autor
Géraldine Baraud

Journaliste - consultante éditoriale @rubrik-communication.com

Tanto en el trabajo como en el amor, la confianza es el pilar fundamental de una relación sana, significativa y duradera. Dentro de un equipo, la confianza crea un ambiente tranquilo, mejora la cohesión, anima a los miembros a superarse a sí mismos y, en definitiva, contribuye a mejores resultados. Pero, ¿cómo se fomenta? ¿Cuáles son las actitudes adecuadas que los jefes deben desarrollar? Si eres manager o gestionas un equipo, te ofrecemos 10 consejos para construir con ellos una buena relación de confianza.

1. Sé tú mismo

La autenticidad es esencial para establecer una relación de confianza. Acepta quién eres y cómo piensas. No intentes complacer o demostrar tu legitimidad a toda costa. Haz valer tus propios valores y tu estilo personal. Si representas otro papel, puede que te ganes la estima de algunos, pero te van a apreciar (o a criticar) por ser alguien que no eres. ¿A tu equipo le encanta la imagen elegida para ilustrar la próxima campaña publicitaria, pero a ti no? No finjas. Expresa tu opinión y arguméntala. Adoptar un punto de vista que va en contra de la opinión general demuestra que crees en ti mismo y en lo que dices: así es como se define la base de una relación de confianza.

2. Acepta a los demás tal y como son

En tu equipo, cada miembro tiene su historia, sus capacidades, cualidades y defectos. No juzgues a nadie. Aprende a conocer a tus empleados y a identificar sus personalidades, y trata de ponerte en su lugar para entender sus puntos de vista y sus reacciones. Estos elementos de análisis te permitirán adaptar tu comportamiento y tu gestión. La capacidad para escuchar a los miembros de tu equipo y emplear tu mejor criterio hará que te ganes su confianza y te ayudará a ser más imparcial con cada uno de ellos.

3. Reúne a tu equipo con regularidad

La confianza se construye sobre el diálogo. Los momentos de intercambio colectivo, ya sea diario, semanal o mensual, son una oportunidad para reafirmar los objetivos y hacer balance de las acciones realizadas y las que están por venir, demostrando que sabes adónde vas y estás plenamente comprometido con el éxito de tu equipo. No olvides las reuniones individuales, pues estas demuestran que escuchas a tus empleados y que estás disponible e implicado en su trabajo diario y en la evolución de su carrera.

4. Sé transparente

Di lo que piensas, pero asegúrate de argumentarlo en todo momento. Sé objetivo cuando tomes la palabra y opta por la transparencia pero sin desvelar información confidencial. Al comunicar claramente lo que cada uno debe hacer, para quién y con qué propósito, darás sentido al trabajo del equipo y aumentarás su motivación a la hora de seguir tus instrucciones. Sé lo más preciso y detallado posible a fin de evitar cualquier duda o malentendido. Hagas lo que hagas, no mientas. Si la verdad saliera a la luz, recuperar la confianza de los demás te costaría muchísimo tiempo y energía.

5. Adopta una mirada sincera

Como dice el refrán, “los ojos son el espejo del alma”. Ya sea en reuniones de grupo o cara a cara, mirar a tu público o a tu interlocutor a los ojos transmite que eres una persona directa y sincera. Dicho esto, tampoco te pases. Una mirada demasiado intensa y fija podría provocar incomodidad y dar la impresión de que intentas dominar al otro. Según un estudio presentado por el psiquiatra británico Alan Johnston en mayo de 2015 y en el que participaron 400 personas,la duración ideal es de 3,2 segundos. A partir de ahí, tu interlocutor podría sentirse incómodo. Tampoco hace falta que cronometres tu contacto visual, lo importante es que seas consciente de su efecto.

6. Haz preguntas

Interésate por tus compañeros, pero asegúrate de hacerlo de forma sincera y prestando atención a sus respuestas: “¿Cómo ha ido la reunión con este cliente?”; “¿Qué plan tienes para resolver el problema con este proveedor?”; “¿Necesitas ayuda?” Este tipo de preguntas demuestra tu interés por el trabajo y bienestar de los miembros de tu equipo, además de tu voluntad de ayudarlos. De esta forma sabrán que pueden contar contigo si tienen problemas. También puedes permitirte hacer preguntas más personales y empáticas, especialmente a su vuelta de unas vacaciones o de una ausencia prolongada.

7. Adapta tu vocabulario

Sé claro cuando hables (y también cuando escribas). Emplea un vocabulario adaptado a tu interlocutor. Si este no es experto en un tema concreto, no le bombardees con jerga incomprensible. Habla de forma fluida y sencilla para fomentar la confianza y el apoyo.

8. Delega

Como jefe, no puedes encargarte de todo tú solo. Ten en cuenta que delegar no solo te permite concentrarte plenamente en tus actividades, sino que también hace que tus empleados se sientan valorados, al reforzar su implicación y tu confianza en ellos. Delega tareas a tus compañeros con regularidad y concédeles la autonomía suficiente para que las lleven a cabo correctamente, pero permanece a su lado por si necesitan ayuda. Este gesto demuestra tu confianza en ellos, y a cambio te ganarás la suya.

9. Mantén tu palabra

Prometas lo que prometas, ¡cúmplelo! Y, por norma general, no te comprometas a algo si no estás en posición de cumplirlo.De lo contrario, te arriesgas a perder tu credibilidad ante tu equipo y quedar como un cuentista. Así, antes de anunciar un incremento del presupuesto para el equipo, asegúrate de que tus superiores lo hayan aprobado.

10. Despeja las dudas

En toda relación pueden surgir momentos de duda, especialmente si existen dificultades dentro del equipo o de la empresa (cambios estratégicos, recortes presupuestarios, conflictos interpersonales…) No dejes que la situación se te escape de las manos. Si la situación afecta a tu equipo, habla de ello con tus compañeros, ya sea en privado o en grupo. Invítalos a hacer preguntas y respóndelas con la mayor transparencia posible. Esto demostrará que les escuchas y que estás dispuesto a disipar cualquier duda y a preservar el diálogo y la confianza.

En definitiva, obtener y cultivar una relación de confianza requiere tiempo, constancia, autenticidad y cercanía. La confianza no es algo que pueda pedirse: debe ganarse poco a poco y puede perderse en un instante. Actuar de manera sincera, predicar con el ejemplo en cualquier situación o ponerse en el lugar del otro son actos que requieren un compromiso diario. Se trata de un estado mental exigente, pero los resultados merecen la pena, tanto por lo que respecta a la calidad de la vida laboral como a la productividad.

Traducido por Rocío Pérez

Foto de WTTJ

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