La asertividad y la fuerza del ‘no’: cómo llevarle la contraria a tu jefe
07 abr 2021
6 min
Freelance Content Creator
Son muchas las personas que tienen problemas a la hora de decir ‘no’ o de expresar opiniones contrarias a las de la mayoría, especialmente en el entorno laboral y todavía más si se trata de hacerlo frente a un superior. Sin embargo, mostrar desacuerdo no sólo es necesario para fijar límites y mantener el control sobre nuestro bienestar y nuestra salud mental, sino que es beneficioso para lograr equipos más eficientes y mejores soluciones a los problemas. Si no estamos habituados a ser asertivos, ¿cómo podemos proceder?
¿Por qué nos cuesta llevar la contraria?
“Percibimos a nuestro jefe desde una posición jerárquica y consideramos que, a nivel profesional, estamos muy alejados de esa posición. Tenemos miedo a errar y a lo que pueda pensar de nosotros”, explica Mónica Pascual, coach especializada en alto rendimiento deportivo y empresarial.
“Cuando no sabemos decir ‘no’ porque nos da miedo o cuando simplemente asumimos que lo que dice el jefe hay que hacerlo, estamos cargando nuestra mochila con un montón de cosas para las que quizás no tengamos tiempo”, explica Pascual. Aceptar situaciones u opiniones con las que no estamos de acuerdo nos provoca sensaciones como:
- Frustración por una gestión incorrecta del entorno laboral
- Miedo al fracaso
- Estrés y ansiedad por no llegar a las exigencias impuestas
- Fatiga trasladada a tu vida personal
- Y, en casos complejos, posibilidad de acabar sufriendo el síndrome de burnout
Para evitar esa situación, establece prioridades con tu jefe, de modo que en la mochila “solo lleves lo que necesitas en ese momento” y puedas trabajar mejor e invertir el tiempo de la manera más óptima, para ti, pero también para la empresa. Coincide con ella Xavier Montero, coach y miembro de la Sección de Psicología de las Organizaciones y del Trabajo del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña: “Tememos a lo desconocido, a la reacción del otro. Pero esto es como cuando te gusta alguien y no te atreves a decírselo. Tienes que avanzarte porque, si no das el primer paso, igual lo hace otro”. Es decir, si no eres capaz de expresar tus necesidades, con qué estás de acuerdo y con qué no, otra persona decidirá por ti.
Establecer límites: la importancia de la asertividad
Para dar ese paso, quizás antes debas familiarizarte con el concepto de asertividad, vinculado a la autoestima y a la confianza que tienes en tus propias habilidades y recursos.
Ser asertivo te permite expresar cuestiones que tienen una connotación negativa, como por ejemplo el desacuerdo o la crítica, manifestar tu incapacidad para hacer algo o simplemente saber decir ‘no’. Y es un recurso que conviene utilizar desde el primer momento con tus superiores, es decir, desde la misma entrevista de trabajo, ya que te ayudará a establecer límites con ellos y te ahorrará dolores de cabeza en temas tan esenciales como tu remuneración, tu disponibilidad laboral o la gestión de las posibles horas extra, entre otros. “El empresario puede pensar que, si el candidato no muestra preocupación por su propio bolsillo y su bienestar, ¿por qué iba a preocuparse por la empresa? Si todo esto queda claro desde el principio, la relación funcionará”, ejemplifica Montero.
No es raro querer encajar o buscar complacer a los demás, pero si este deseo toma la delantera en nuestras decisiones corremos el riesgo de convertirnos en un people pleaser. Para evitarlo, toca romper esa barrera del miedo a ser juzgado, a hacerlo mal o a recibir una respuesta negativa. Normaliza la situación y entiende que tu jefe, a pesar de tener una jerarquía y unas funciones diferentes, forma parte de tu misma empresa y comparte contigo un objetivo común. “A fin de cuentas, todos tenemos que remar en la misma dirección”, dice Pascual. Y añade: “Si su respuesta es afirmativa, nos habremos ahorrado tiempo y elucubraciones y, si es negativa, podremos ponernos en marcha y empezar a buscar otras soluciones”.
Los beneficios de decir ‘no’
Tal y como avanza la coach, una de las principales ventajas de decir que ‘no’ a algo con lo que discrepas o que consideras que tiene que cambiar es que te permitirá optimizar las gestiones y ser más productivo. No malgastes tu tiempo en criticar situaciones o decisiones por la espalda, ya que lo único que conseguirás será cargarte de negatividad.
En cambio, ser asertivo te ayudará, a la larga, a crear un buen ambiente de trabajo, a mejorar la relación con tus compañeros y a gestionar las tareas de manera eficiente. Esto se debe a que:
- Aumentas tu confianza y tu autoestima
- Obtienes el respeto de los demás
- Mejoras tus habilidades para tomar decisiones y exponer tus propias opiniones
- Aprendes a encarar los conflictos y las situaciones críticas
Si bien sus beneficios son múltiples, aprender a negarnos con firmeza o a llevar la contraria puede llevarnos a temer que cambie la percepción que los demás tienen de nosotros o incluso a que se nos tache de problemáticos. “Eso dependerá mucho del estilo directivo de la empresa y del propio mánager, pero es probable que nos haga ganar reconocimiento como empleado, además de aumentar nuestra confianza”, afirma Montero. “La cuestión está en desvincularse de lo que van a pensar de ti a nivel personal y poner en valor lo que vas a aportar a nivel profesional”, añade Pascual.
Si te han contratado es porque dispones de unos conocimientos y aptitudes y debes reivindicarlos. El ejercicio es difícil, pero resulta crucial para empoderarte y favorecer tu libertad y tu desarrollo dentro de la empresa. Y, al contrario de lo que solemos pensar, lo más probable es que te ayude a reforzar la relación con tu superior, ya que te verá como una persona responsable, comprometida y con un pensamiento disruptivo que puede ser beneficioso para el proyecto, y no como alguien sin iniciativa que se limita a obedecer a ciegas.
¿Cómo afrontar la situación?
Llega el momento de mostrar tu desacuerdo, pero, para salir reforzado de la conversación con tu superior y conseguir que la relación entre ambos no se resienta, es recomendable que tengas en cuenta estos aspectos:
1. Piensa y evalúa riesgos
“Establece un objetivo claro y determina de qué quieres hablar con tu jefe y qué quieres obtener de vuestra conversación”, dice la coach. ¿Por qué lo haces? ¿Porque sientes la necesidad de generar conflicto sobre esta cuestión concreta? ¿O lo haces porque pretendes defender tu visión experta sobre un tema concreto? “Tienes que valorar y evaluar qué puedes ganar y qué puedes perder, buscar un equilibrio entre ventajas y riesgos, y plantearte qué estás dispuesto a asumir”, recomienda Montero. Y recuerda: “El trabajador tiene que saber en todo momento en qué tipo de empresa está y conocer sus reglas de juego”.
2. Gestiona la logística adecuadamente
Evita abordar a tu jefe en un pasillo o tras una reunión de equipo. Tienes que buscar el lugar y el momento adecuado para tener esa conversación. Que esté previamente consensuada y agendada con ella o él. Preferiblemente, utiliza el correo electrónico para ultimar conjuntamente esos detalles. Y no te saltes los protocolos, si primero hay que recurrir a otro superior más inmediato, hazlo.
3. Mantén una actitud respetuosa
Piensa que vas a mantener una conversación para “alinearos y que seáis más efectivos y productivos, tanto a nivel individual como colectivo”, dice Pascual, pero también para reforzar vuestra relación. Para conseguirlo sé respetuoso y empático:
- Elimina de tu mente palabras como pelea y discusión y no plantees vuestra conversación como un “encontronazo” o una batalla donde habrá ganadores y perdedores.
- Escucha atentamente y concéntrate en su mensaje, ya tendrás tiempo para rebatir más adelante sus argumentos.
- No trates de imponerte, de interrumpir ni de levantar la voz. Si lo haces quizás consigas tu reivindicación, pero perderás el respeto de tu superior.
4. Argumenta
“Lo importante de dar un ‘no’ es que esté argumentado, que lo estemos apoyando en hechos y no en juicios de valor”, recalca Pascual. “Cualquier queja o propuesta tiene que estar bien justificada”, reitera Montero. Para ello:
- Evita la crítica sin fundamento y el ataque y busca el diálogo.
- Apóyate en hechos y en datos que justifiquen qué es lo que te mueve a decir ‘no’ a ciertas propuestas y sí a otras.
- Expón tus peticiones de manera clara, directa y honesta.
- Intenta que tu propuesta o petición aporte y sume al proyecto.
- Sé proactivo y demuestra que eres una persona identificada con la empresa.
De este modo, el profesional que tengas delante, sea un superior o un colega, no se sentirá atacado y verá que las opciones de diálogo se abren con el objetivo de buscar soluciones conjuntamente.
5. Cuida el lenguaje
Es importante que estructures las ideas que quieres comunicar y que elijas las palabras y las preguntas adecuadas. Evita empezar la conversación con frases del tipo “tenemos un problema” o “no estoy de acuerdo con”, y potencia el lenguaje positivo, constructivo y en primera persona. Busca que tu interlocutor se involucre en la conversación y te aclare aquellos puntos que te puedan generar más dudas o inquietudes. Por último, no olvides prestar atención a la comunicación no verbal: “lo que no decimos con palabras, pero pensamos”, ya que, sin ser conscientes, lo que expresamos en nuestro rostro y nuestros gestos puede ser contraproducente y tirar por los suelos ese discurso que tan bien habíamos argumentado, afirma la coach.
6. Establece un compromiso y síguelo
Tras vuestra conversación, intenta que las soluciones o los replanteamientos que hayan surgido no queden en el aire y busca compromisos por parte de tu superior. Se trata de llegar a un acuerdo, a ser posible con pasos concretos a seguir. “Si no, habremos desaprovechado una oportunidad preciosa de mantener una conversación productiva para haber tenido simplemente una charla”, afirma Pascual. Y, para confirmar que ambos estáis llevando vuestro compromiso a cabo, haz seguimiento.
Si no es así, vuelve a empezar y sigue cultivando la misma fórmula: sé asertivo, busca el diálogo respetuoso, argumenta con hechos y no con juicios y utiliza buenas habilidades comunicativas y de negociación. El poder del ‘no’, más pronto que tarde, acabará ejerciendo su efecto.
Foto de WTTJ
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