¿Convertir el estrés en tu aliado? Es posible
05 nov 2020
5 min
Freelance Content Creator
A pesar de que numerosos estudios científicos aseguran que es necesaria cierta cantidad de estrés para rendir bien en el trabajo y activarnos física y mentalmente, la realidad es que no siempre sabemos manejar las situaciones estresantes y esto puede acabar pasándonos factura. Hablamos con la terapeuta Ana Lombard, especialista en gestión del estrés y autora del libro “#POSITIVEstress: convierte el estrés en tu aliado”, para saber cómo darle la vuelta al estrés y transformarlo en un motor que nos ayude a ser más productivos (y felices) en nuestro entorno laboral y en nuestro día a día.
Antes incluso del inicio de la crisis provocada por el coronavirus, España era ya uno de los países europeos con mayor estrés laboral: tres de cada cuatro españoles reconocía convivir a diario con este problema, según el estudio 360º Wellbeing Survey, elaborado por Cigna. De hecho, el estrés y la ansiedad son la causa del 30% de las bajas laborales que se producen en nuestro país, hacen que los profesionales sean un 60% menos eficientes en el trabajo y son las causas que se esconden tras trastornos como el síndrome del trabajador quemado o burnout.
Sin embargo, la terapeuta Ana Lombard asegura que el estrés también puede convertirse en una fuerza positiva que nos ayude a superar los desafíos y a mejorar nuestras capacidades.
Estrés positivo vs estrés negativo: ¿quién es quién?
El estrés es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada. Solemos interpretarlo como un estado negativo, sin embargo Ana Lombard nos recuerda que no tiene por qué ser negativo per se, y es que cuando estamos en este estado de tensión tenemos una serie de impulsos que nos pueden ayudar a gestionar las dificultades, sean del tipo que sean. Para Lombard, “el estrés puede darnos ese extra de adrenalina que nos falta para potenciar muchas de nuestras capacidades”.
“El estrés puede darnos ese extra de adrenalina que nos falta para potenciar muchas de nuestras capacidades” - Ana Lombard
Es lo que se conoce como eustrés o estrés positivo –como prefiere llamarlo la terapeuta–, aquel que nos estimula para enfrentarnos a los problemas de manera reactiva, a tomar iniciativas y responder de forma adecuada a situaciones complejas. El estrés positivo es esa respuesta que surge de modo natural cuando una situación requiere un esfuerzo elevado para ser resuelta. A nivel físico, permite que estemos llenos de energía, lo cual favorece nuestras actividades cotidianas.
No obstante, en muchas ocasiones nos excedemos en esa respuesta y eso nos lleva al distrés o estrés negativo. El distrés puede traducirse como una sensación de angustia, malestar, dolor, tensión, ansiedad o desasosiego. La diferencia entre ambos es que, mientras el estrés positivo nos da la posibilidad de afrontar la vida de manera resolutiva pero con tranquilidad, el distrés nos causa ansiedad y puede poner en riesgo nuestra salud. Pero, ¿es posible combatirlo?
Las tres fases del estrés (y por qué son importantes)
“Si sabemos aprovechar a nuestro favor la adrenalina que genera el estrés, podremos multiplicar nuestras capacidades”, afirma Lombard. La experta lo explica así: “el estrés positivo puede funcionar a modo de palanca, activando partes de nuestro cerebro que estaban ‘dormidas’ y ayudándonos a tratar los problemas desde otra perspectiva o con soluciones más creativas”. En efecto, según Lombard, la creatividad es una de las áreas que se logra potenciar cuando aprendemos a utilizar a nuestro favor el estrés positivo.
Para ello, es esencial aprender a diferenciar las tres fases que atraviesa nuestro cuerpo ante una situación de estrés:
En el momento en que nos enfrentamos a un problema o una situación de peligro (o que nuestro cuerpo percibe como una amenaza), comenzamos a segregar adrenalina. En el contexto laboral, puede ser la primera conversación con un nuevo cliente, una reunión con nuestro jefe, un desencuentro con alguien de nuestro equipo o un problema de última hora.
Tras esta primera reacción, llega la segunda fase, donde se libera adrenalina y cortisol, cuyo rol es el de aumentar la cantidad de azúcar en la sangre. La liberación de estas hormonas puede ser beneficiosa para el organismo, ya que nos ayuda a superar el desafío ante una situación de peligro, por ejemplo.
Tras estos momentos de euforia, la última fase consiste en volver a la calma. Esta última fase puede parecer irrelevante a simple vista, pero es la clave para gestionar el estrés de manera positiva. Porque el problema está, en palabras de la experta, en que existen demasiadas personas que viven “enganchadas” a las primeras fases y necesitan el “subidón” de la adrenalina y el cortisol para mantenerse alerta y ser productivas en el trabajo. Es esa exposición a largo plazo la que convierte en algo negativo, poco saludable y perjudicial.
Así pues, es importante volver siempre a la fase de recuperación para gestionar correctamente la acumulación de estrés. En palabras de Lombard, “tras pasar por la fase de estrés necesario, debes hacer como si hubieras corrido una maratón: descansar física, intelectual y emocionalmente, para poder recargar pilas”.
Aprende a fomentar el eustrés en la oficina
Para pasar de la fase de estrés positivo a la fase de descanso, Ana Lombard recomienda parar y tomarse diez minutos para uno mismo. Pero hay otras cosas que puedes hacer en el trabajo para deshacerte del distrés y fomentar el estrés positivo:
1. Haz pausas
“Si se dejara a los trabajadores hacer pausas en el trabajo sin que se sintieran culpables, las empresas tendrían muchas menos pérdidas y se reducirían sustancialmente las bajas laborales causadas por el estrés”, asegura la experta. Para Lombard, descansar es esencial para poder felicitarse por el trabajo realizado y saborear los logros obtenidos, tanto a nivel individual como en equipo.
Las pausas también son necesarias para pasar de los estados de estrés reactivo a la fase de recuperación y así deshacerte del estrés negativo. Lombard aconseja salir a dar un pequeño paseo al exterior, donde además podrás beneficiarte de los beneficios de la vitamina D, o liberar tensiones escuchando música. La clave es “buscar un momento que puedas saborear”.
2. Pide ayuda cuando la necesites
Lombard afirma que en cualquier ámbito – y casi más en el laboral – pedir ayuda se considera casi tabú, “pero saber pedir ayuda cuando se necesita indica fortaleza”. “Pedir ayuda a un compañero es, además de una señal de reconocimiento del trabajo de tu colega, una oportunidad que te das a ti mismo para aprender”. Por ello, la experta aconseja hablar con los compañeros y trazar sinergias en el trabajo. De esta manera reducirás el estrés negativo y aumentarás tu autoestima.
3. Ojo con la hora de la comida
Para Lombard, la alimentación está íntimamente relacionada con el estrés negativo: “Nuestro cerebro nos dice que está cansado y necesita energía, pero en la oficina en vez de comer, engullimos”. La terapeuta advierte que el hecho de no masticar la comida correctamente y tener una alimentación pobre o basada en alimentos procesados puede hacer que el nivel de estrés negativo se dispare. Así que ya sabes, para fomentar el estrés positivo, come más despacio, aunque tengas solo media hora para hacerlo, e incrementa el consumo de verduras y legumbres en tu dieta.
4. No descuides tu espacio de trabajo
Para la experta, es vital que los trabajadores tengan un espacio de trabajo cómodo y ergonómico para que el estrés positivo fluya. Según Lombard, “el confort de tu silla de la oficina y las pérdidas de tu empresa podrían estar más relacionadas de lo que la gente cree”. Así que puedes usar este argumento cuando le pidas a tu jefe un cambio de mobiliario.
5. Aprende a relativizar
Transformar los pensamientos negativos en un aprendizaje positivo quizá parezca complicado en un primer momento, pero es un paso esencial si quieres mantener a raya el estrés. Puedes intentarlo a través de la meditación, pero también hay otras maneras de convertir los pensamientos negativos en positivos, como practicar algún deporte o aprender técnicas de respiración. Lo esencial es saber cómo gestionar las situaciones que te angustian y actuar con serenidad para conseguir sacarle partido al estrés. De esta manera podrás multiplicar tus capacidades, analizar la situación desde una perspectiva más creativa y aumentar tu autoestima. ¡Tú puedes!
Foto de WTTJ
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